Desde estilos desechables hasta telas impulsadas por combustibles fósiles, nuestra ropa está lista para un cambio de imagen. Una terapia de compras puede parecer una diversión inocua, pero conseguir una buena oferta en una camisa nueva o un par de zapatos puede traer consigo una etiqueta de precio oculta: emisiones de gases de efecto invernadero, agotamiento de recursos y el maltrato a trabajadores y animales. Por ejemplo, se necesitan aproximadamente 700 galones de agua para fabricar una camiseta de algodón promedio. Una blusa de moda rápida de poliéster se hace a partir de petróleo, suelta microfibras y puede tardar décadas en descomponerse en un vertedero.
La huella de la industria de la ropa ha estado en expansión. La producción global de fibras se ha más que duplicado desde el año 2000, y los consumidores están comprando más ropa a medida que las marcas de moda rápida producen looks económicos. Para mitigar los problemas ambientales y sociales asociados con la industria de la moda, tanto empresas como consumidores deben orientarse hacia la sostenibilidad, dice Barchi Gillai, director asociado de la Iniciativa de Innovación de la Cadena de Valor (VCII) en la Escuela de Negocios de Graduados de Stanford. "Es una responsabilidad que todos compartimos", dice ella.
En un nuevo documento de trabajo, Gillai y sus colegas examinan los procesos de producción detrás de tres materiales cotidianos esenciales: poliéster, algodón y cuero. Coautorado por Hau Lee, codirector de la facultad del VCII y profesor emérito de operaciones, información y tecnología; Jessica Landzberg, MBA ’23; y Nina Sabharwal, MBA ’23, el documento explora los impactos únicos de cada material y detalla soluciones potenciales.
Poliéster
Material duradero y ligero compuesto de fibras hechas de tereftalato de polietileno (PET), derivado de combustibles fósiles. La producción de poliéster y otras fibras sintéticas requiere grandes cantidades de energía, lo que representa aproximadamente el 1.35% del consumo mundial de petróleo. Esto resulta en emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global. Las soluciones posibles incluyen cambiar a energía renovable y sustituir el poliéster virgen con materiales alternativos como biosintéticos y fibras que utilizan residuos de dióxido de carbono.
Algodón
La cadena de suministro del algodón comienza en una granja, no en una fábrica, pero también tiene un conjunto único de impactos ambientales. El cultivo de algodón a menudo involucra una variedad de pesticidas que pueden causar problemas de salud graves en los trabajadores agrícolas y contaminar sistemas de agua dulce, suelo y hábitats animales. El algodón también consume grandes cantidades de agua. Para abordar estos problemas, los productores de algodón pueden implementar métodos no químicos de control de plagas como la rotación de cultivos y conservar agua a través de la irrigación por goteo.
Cuero
La producción de cuero también ha crecido en las últimas tres décadas. Una de las principales preocupaciones en torno a los productos de cuero es la crueldad animal. Para garantizar la obtención ética de cueros crudos, las marcas pueden utilizar programas de certificación que verifiquen el trato humano a los animales de granja. Sin embargo, adquirir materias primas es solo el primer paso en la producción de cuero. Transformar estos cueros crudos en telas utilizables requiere varios procesos químicos intensivos, muchos de ellos dependientes de materiales tóxicos. Además, el 30%-45% del cromo tóxico utilizado en el proceso de curtido no se absorbe en el cuero, y puede contaminar el ambiente cuando se descarta. Finalmente, hasta el 75% del cuero que entra en el proceso de producción de bienes de cuero no termina en el producto terminado. En cambio, estos recortes y sobrantes probablemente se enviarán a vertederos o se incinerarán.
Desacelerando la Moda Rápida El impacto de una prenda continúa incluso después de haber sido vendida. Las prendas usadas a menudo terminan en vertederos o incineradores, desaprovechando recursos potencialmente valiosos y no renovables, y liberando gases de efecto invernadero a medida que se descomponen. El documento ofrece una serie de estrategias que las marcas de ropa pueden adoptar para aumentar la vida útil de las prendas y mejorar su reutilización y reciclabilidad. Por ejemplo, las prendas de alta calidad con diseños atemporales pueden disfrutarse durante muchos años. Cambiar a una composición de material único puede hacer que las telas sean más fáciles de reciclar. Y las prendas hechas de materiales 100% naturales son más adecuadas para el compostaje.
Mientras que algunas compañías han dado pasos en la dirección correcta, la industria de la ropa en su conjunto no muestra signos de volverse más sostenible. Esto se debe principalmente a la popularidad de la "moda rápida": prendas de baja calidad con diseños que cambian frecuentemente, que se producen en masa por poco costo y que los consumidores ven casi como desechables. El auge de la moda rápida ha impulsado un aumento en la producción de prendas, lo que lleva a un incremento en los residuos textiles.
El documento alienta a las empresas a encontrar nuevas formas de generar ingresos sin producir más prendas. Una opción es iniciar programas de recolección o recompra de prendas en conjunto con la apertura de tiendas de segunda mano donde los consumidores puedan comprar artículos usados con descuento. "Slowing down the rate of production doesn’t have to come at the expense of profitability," says Gillai.
Gillai también destaca la importancia del reciclaje de textiles a textiles. "Such closed-loop, garment-to-garment recycling solutions not only keep textile waste out of landfills, but also reduce the amount of resources that we use to make clothes, as well as the pollution associated with these production processes.”
Si bien gran parte del documento describe cómo las empresas pueden practicar la sostenibilidad, termina con una discusión sobre el papel importante que juegan los consumidores. "Para lograr resultados significativos es crucial que los consumidores participen en este esfuerzo", dice Gillai. "Intenta donar artículos que aún sean utilizables. Considera comprar ropa de segunda mano. Y piensa en alquilar artículos necesarios para una ocasión especial", aconseja. "Si abrazamos la necesidad de cambio y si nuestros hábitos de compra reflejan este entendimiento, entonces podemos ayudar a impulsar el cambio en esta industria."